Embarazo de alto riesgo

Si bien el embarazo y el parto son acontecimientos biológicamente normales para toda mujer, existen ciertas condiciones que podrían convertir un embarazo normal en uno de alto riesgo, tanto para la madre como para el bebé. Afortunadamente, estos problemas no son muy frecuentes y en general afectan al 10% del total de los embarazos.

Un embarazo de alto riesgo implica la existencia de condiciones que se presentan antes o durante el período de gestación, y que hacen que exista en el embarazo actual una mayor probabilidad de problemas (de severidad variable), tanto en la madre como en el bebé.

Lo ideal es que antes de programar una gestación se evalúen las enfermedades médicas previas. Sin embargo, no es frecuente que la llegada de un embarazo nos sorprenda sin haber realizado un control previo.

Ante la eventualidad de que el embarazo sea considerado de alto riesgo, éste deberá ser rigurosamente controlado desde el principio de la gestación.

Algunas enfermedades, previas al embarazo, son un indicio de que usted podría tener un embarazo de mayor riesgo. Por ejemplo, diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y renales. Otros antecedentes de gestaciones previas también son importantes: rotura prematura de membranas, parto prematuro, aborto recurrente, restricción del crecimiento fetal, preeclampsia severa e historia de malformaciones del bebé en embarazos previos.

Hoy es posible diseñar estrategias que permiten reducir, y también controlar, el riesgo de problemas en la próxima gestación. Sin embargo, frente al primer embarazo, o bien en ausencia de problemas en gestaciones previas, pueden aparecer condiciones que se presentan sólo durante el embarazo en curso; tales como parto prematuro, hipertensión arterial, incompatibilidad de grupo Rh, rotura prematura de membranas, placenta previa, restricción de flujo sanguíneo útero placentario y restricción de crecimiento fetal, entre otros.

Por ello, es muy importante que el médico tenga su historia clínica completa, con los datos médicos personales y familiares, remotos y actuales. También es de vital importancia el examen físico, así como los exámenes de laboratorio de ingreso al control prenatal.

El ultrasonido inicial, especialmente entre las 12 y 15 semanas, también puede aportar valiosa información respecto de la gestación en curso.

A continuación se describen algunas situaciones que pueden condicionar un embarazo de alto riesgo. Esta información es importante para alertar a su equipo médico y así controlar los eventuales inconvenientes.

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